sábado, febrero 19, 2005

La armadura

Soy humano. Como humano que soy, cometo errores. Éstos, tienen una repercusión directa en mi vida, y aunque a veces no quiera aceptarlos, soy conciente de que los cometo.
Es difícil evaluarse a sí mismo; es difícil corregirse, pero así también es necesario, sobretodo para lograr uno de mis propósitos en la vida: dejar mi huella en la humanidad. ¿Y por qué lo deseo? Simplemente porque el elemento que marca más diferencia entre un humano y otro animal es la trascendencia, y yo quisiera llegar a ser trascendente,(el fin de todo ser humano pensante y proyectivo), poder dejar un aporte a este mundo y poder decir el día de mi muerte que no me arrepentí ni por un segundo de todo lo que hice en mi vida( hay que arrepentirse de lo que no se hace). Me he dado cuenta de muchos errores que cometo, y también me di cuenta de la superficialidad en la cual vive nuestra raza, la raza humana.
Soy conciente que llevo “armaduras” puestas, y que muchas veces me he quedado en la barrera de lo superficial y del conformismo.
Éstas armaduras que llevo son mi mente cerrada, mis prejuicios y mi mediocridad. Me he dado cuenta de lo limitado que puede ser mi conocimiento y mi comportamiento, simplemente por mi manera de pensar y actuar, que no se presta a ACEPTAR las cosas nuevas que me presenta la vida, llevándome a un círculo del cual no salgo ni quiero salir.
Tengo que aceptar las cosas y no esperar, porque cuando uno espera, se decepciona muchas veces, y no puedo conocer lo desconocido si me aferro a lo conocido ,y ésto refleja mi actitud frente a la vida.

Me he dado cuenta que debería asumir la posición de un Caballero, porque hay que afrontar los problemas con valor y valentía, liberarse de todas las ataduras mundanas y superficiales que nos limitan, y sobretodo aprehender las cosas que nos pone el destino y la vida por delante, porque entendí que necesito conocerme a mi mismo y encontrar mi propio yo, y sólo lo lograré si cambio el sentido de mi vida, convirtiéndome en mejor persona, teniendo una mente abierta a las situaciones nuevas y así finalmente, saciar mi búsqueda tan anhelada que será mi meta final. La búsqueda de realmente quién soy.
Sólo yo mismo puedo lograrlo, aunque por un lado positivo habrán ayudas pero por un lado negativo habrán tropiezos, sin embargo lo importante es ver el mundo desde otra perspectiva menos egoísta: dar amor y cuando lo hagas, el sólo regresará a ti. Cada quien es arquitecto de su propio destino, de su propio camino, pero en palabras de Joan Manuel Serrat,(o mejor de Machado) “caminante no hay camino... se hace camino al andar.”